La huella ecológica es una medida del impacto ambiental generado por
nuestra especie en el medio ambiente y se define como “la superficie
necesaria para producir los recursos utilizados y para asimilar los
residuos producidos por una población” (William Rees y Mathis
Waxkermagel). El valor medio anual de la huella ecológica a nivel
mundial es de 2,3 hectáreas por habitante, pero, el valor medio de la
capacidad de carga de la Tierra es de 2,1 hectáreas, así que ya hemos
superado en 0,2 hectáreas.
Al principio, se habitaba en una sociedad recolectora-cazadora, no
alterábamos el medio ambiente y estábamos altamente condicionados por la
naturaleza, vivíamos como un animal más. Cogíamos lo que podíamos como
por ejemplo frutos, y cazábamos también lo que podíamos, para poder
sobrevivir. Con el tiempo, esto fue cambiando y como no, fuimos
alterando más la naturaleza, pasamos a la sociedad agrícola y ganadera.
Esto hizo que las poblaciones aumentasen, ya que, aunque también
dependíamos en gran medida de la naturaleza, la habíamos cambiado un
pelín y teníamos ganado y agricultura, ya no sólo podíamos obtener lo
que nos diesen, sino que producíamos. Después de esta sociedad, pasamos a
la industrial, una sociedad NO SOSTENIBLE, en la que vivimos bastante
bien, pero que alteramos el planeta de una manera brutal y nos estamos
cargando lo que ha pervivido millones de años. Usamos combustibles
fósiles, minerales y todo aquello que nos puede servir, sin preocuparnos
de los daños que causamos al planeta, y eso, tiene y está teniendo
repercusiones. Las poblaciones aumentaron mucho con esta sociedad, ya
que no dependemos tanto de la naturaleza, porque la hemos cambiado mucho
para que todo sea en beneficio nuestro.
A continuacion un video de la huella ecologica que nosotros hemos dejado en nuestra madre Tierra :(
Somos seres humanos "supuestamente" inteligentes, digo supuestamente porque en ves de ayudarnos lo que estamos haciendo es destruyendo nuestro hogar, somos tan ignorantes que por ir a mas no nos damos cuenta del daño tan grande que nos estamos causando por el simple hecho de cumplir nuestros caprichos... La peresa de nosotros nos ha llevado ha convertir un hermoso bosque en un putefracto basurero... donde estamos destruyendo significante cantidad de plantas que quiza en un futuro no podamos recuperar, estamos destruyendo no solo nuestro futuro sino el de nuestras generaciones.
En la actualidad, ya se consume un 50 por ciento más de lo que la Tierra
es capaz de generar, con una utilización de recursos naturales que casi
se ha triplicado desde los años sesenta.Por el momento, la atmósfera logra manejar esta situación, pero el cinturón de seguridad es cada vez más vulnerable.
El análisis de la huella ecológica y las unidades elegidas
para cuantificarla ponen de manifiesto
cuantitativamente las vinculaciones de los hábitos y formas de vida con los
problemas medioambientales. Al ser una hectárea aproximadamente el área
de un campo de fútbol resulta sencillo visualizar la
influencia de cada individuo, así como el impacto que la ciudad
provoca fuera de sus límites administrativos.
Se presentan de forma simple y reducida no sólo la cantidad de recursos
consumidos o los desechos producidos, sino también la
capacidad del medio de producirlos, de absorberlos o de
regenerarlos.
Aunque este indicador integra múltiples impactos, hay que
tener en cuenta que otros no quedan contabilizados: la
contaminación del suelo, del agua, de la atmósfera (a excepción del CO2), la erosión, etc; además se asume que
en la práctica la productividad del suelo agrícola, ganadero y forestal no disminuye con
el tiempo[7]. Es un instrumento complejo, que requiere
estadísticas y datos muy concretos, no siempre disponibles,
pero que pone de manifiesto un estado de sobreexplotación.
La medida de los flujos del capital es fundamental para la
gestión económica global, lo mismo debería suceder con
el capital
natural; la huella ecológica supone un instrumento que
pone de manifiesto estos flujos.
La presión sobre
los recursos de la Tierra seguirá creciendo conforme estas
regiones vayan desarrollándose y consumiendo más. Cabe
preguntarse si sería desable o posible generalizar nuestro
sistema de consumo viendo que, si
todo el mundo viviera como un norteamericano medio,
necesitaríamos tres planetas. Para
reducir nuestra huella ecológica sólo queda escoger un
estilo de vida más frugal y austero, un tipo de actitud y un
concepto de desarrollo muy
diferentes a los que ofrece el crecimiento económico que nos ha llevado a
esta insostenible situación.